miércoles, 23 de enero de 2019

La clemencia del comandante Göth



Leyendo ayer los textos que comparto, extraídos de "De la clemencia" de Séneca, me fue inevitable asociarlo a uno de los momentos más brillantes de "La Lista de Schindler", segura inspiración de la magistral escena sobre el poder del perdón.

El texto se enmarca más bien en el proceso de delimitación de la tiranía, concepto que no siempre implicó las connotaciones negativas de nuestro punto de vista, ya presentes en Séneca, no durante la etapa arcaica y clásica griega, cuando se pugnaba por defender y hacer valer las virtudes del buen tirano, el mejor sistema de gobierno para los grupos sociales interesados, incluidas ilustres mentes preclaras. Detrás de algunos planteamientos políticos actualmente en boga, palpita mucho del mismo sentir.

Volviendo al hilo inicial, tanto éxito tuvo Séneca con Nerón como Schindler con el oficial de las SS.  

Siempre inspirador, siempre lúcido Séneca. 

3,6. "No le conviene a un rey la ira cruel e inexorable, pues no lo eleva mucho por encima de aquél a quien al irritarse se iguala; pero si da la vida, si da la dignidad a quienes corren el riesgo de perderla y merecen verse privados de ella, hace lo que a nadie está permitido salvo al poderoso, pues la vida se quita incluso a un superior pero solo se da a un inferior. 
5,3 (...) pero a quien le es fácil la venganza, si la omite consigue la mayor loa de la mansedumbre.
9,4 En consecuencia, la clemencia no solo los hace más ilustres sino más seguros y es al mismo tiempo ornamento de los imperios y máxima seguridad. ¿Qué es lo que hace que los reyes hayan envejecido y transmitido sus reinos a hijos y nietos, y el poder de los tiranos sea execrable y breve? ¿Qué diferencia hay entre tirano y rey (dado que el aspecto mismo de su fortuna y su discrecionalidad es similar), si no es el hecho de que los tiranos son crueles por placer y los reyes no lo son si no hay causa y necesidad?
10, 1 ¿Y qué? ¿No suelen matar también los reyes". Suelen pero cuando los persuade la utilidad pública; mientras que la crueldad está en el corazón de los tiranos. El tirano en efecto dista del rey en los hechos, no en el nombre; en efecto Dionisio el mayor puede ser preferido por derecho y méritos a muchos reyes, ¿y qué prohíbe que L. Sila sea llamado tirano, quien acabó de matar cuando se acabaron los enemigos?"

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