viernes, 20 de marzo de 2020

Estudios apocalípticos, equipaje para el encierro


Tratando de mantener la rutina, me sigo levantando a las seis de la mañana y quehaceres no faltan:



Estudio de las últimas asignaturas de la carrera.


Estudio  lento pero constante del próximo reto, uno o dos temas al día, hasta en junio entrar en ritmo crucero con objetivo más ambicioso del pensado en un principio. Qué cosa la vida, que cosa encontrar personas capaces estimular tus ganas y curiosidad,capaces de cambiar tu forma de ver la vida. Al final me he acabado dando cuenta de que me encanta el Derecho, puede que incluso menos que mañana.



Preparación del Trabajo Fin de Grado, un estudio visual y cultural sobre el terremoto de Lisboa cuyo título provisional es "Lisboa, 1755: la ira del ángel de la Historia". Tiro de la clásica figura de Walter Benjamin para analizar cómo se le otorgó una trascendencia desmedida, un sentido histórico a un hecho puramente natural, con efectos de largo alcance en el pensamiento, la cultura y la forma de ver el mundo, casi un catalizador para el cambio espiritual de época. Me pregunto si no estaremos hoy en el mismo cruce de caminos, inmersos en una tragedia con una longitud de onda expansiva de alcance desconocido


Actividad física ahora reducida a la elíptica mientras disfruto de "Escuela emocional del rock" del gran Joserra Rodrigo, "Colgados del aro" (nunca hablaron de baloncesto así que ahora no se nota gran diferencia) o "Modos de mirar" de John Berger.

Como bien suponéis, la individua de la elíptica cansa bastante más que las pesas, los fondos y los abdominales; qué va, esta fenómena lleva el encierro mucho mejor de lo que nos merecemos y de lo esperable para su edad.


Vamos para largo, no creo que nadie albergue dudas; no importa, tengo tantos libros como carreras demenciales en el lomo. Dos de mis mandamientos para encarar ultrafondo con garantías de éxito, lo de varias noches sin dormir para el profano, eran nunca creer que el final estaba cerca y el otro pensar que cuando todo parecía ir de mal en peor, cuando no te creías capaz de dar un paso sin dolor en cada parte de tu cuerpo o poder sentirte más agotado, solo se trataba de dar un paso tras otro y no desfallecer porque la meta siempre se encuentra un metro más cerca. Cierto es que de esto solo eras consciente al cruzar la meta y  haberlo logrado,al sorprenderte  de  haber superado aquellas horas tan críticas en medio de una noche infinita en que todo se antojaba imposible.

Ahí está todo, no hay más receta para continuar a través la oscuridad que envuelve a los españoles en estos tristes momentos. Paso a paso, sin más, sin pensar en el final, sin pensar en nada. Los hay luchando en primera línea, a nosotros solo nos toca quedarnos en casa y no darle vueltas, no quejarnos, no verbalizar lo incómodos, disgustados o asustados que estamos; el vamos a morir, el vamos a fracasar, el vamos a perder nunca sirve de gran cosa, otro de los principios para acometer gran fondo. Es fácil, é simples, que decía el simpático Mourinho.

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