Siempre fueron los premios en arte una chorrada, poco más que la excusa para un festejo, mas de un tiempo a esta parte el filtro ideológico y de acojonamientos varios a quedar fuera del pesebre, por parte de un colectivo ciertamente patético , ha convertido la función en un circo entre lo delirante e inane.
Hay excepciones. Tres recientes ejemplos de cine real, de cine arriesgado, de cine como arte, premiado y cuestionado a la vez, como debe ser.
Y ya que estamos:
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