domingo, 30 de junio de 2024

"La estrella azul" y "Let´s Get Lost", bajo el influjo de la maldición.



“La estrella azul” y “Let´s Get Lost” están unidas por la música pero son mucho más que productos solo para melómanos. “La estrella azul” es la primera película de Javier Macipe, inspirada en el periplo vital del que debió ser peculiar Mauricio Aznar, cantante del grupo rock zaragozano de los ochenta, Más birras. “Let´s Get Lost” es un renombrado documental del fotógrafo Bruce Weber sobre la vida y ocaso de la leyenda del jazz, el trompetista y cantante Chet Baker. La casualidad ha hecho que haya visto las dos películas la misma semana. 

La estrella azul me ha dejado muy gratamente sorprendido, de lo mejorcito que he visto en el cine español  últimamente. Una apuesta extraña y arriesgada formalmente de la que surge una obra densa  y accesible a la vez, tras la extraña poética que desprende el camino vital del carismático protagonista, a la búsqueda de rumbo existencial y sus razones con la música como brújula.

Es extraño que no hubiera visto todavía Let´s Get Lost, un bello testimonio de cómo el don del genio absoluto se inmola, tal que si fuese su destino fatídico. En exquisito blanco y negro  se describe el descenso al infierno y  la visión del propio protagonista y entorno, el contraste entre el esplendor pasado y la supervivencia del que ya solo existe como náufrago. Ese proceso reflejado en el deterioro físico, en la sangrante transición del Adonis griego, de aquel James Dean del jazz al despojo actual devorado por sus demonios y adicciones.

Dos grandes películas. 



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