martes, 10 de diciembre de 2019

Sidi, centauros del desierto estratégico del duero



Creo no equivocarme en que Sidi es el primera pieza en la construcción de un proyecto de mitología de frontera de Reverte,  un entramado con un poderoso referente en mente, el de otra frontera y espacio construidos a  partir de otro relato mítico, el del western.

En alguna entrevista a Reverte le escuché la referencia a  ese imaginario tan importante para los que tenemos ya una edad. Toma de la historia una figura y  un fenómeno, el Cid y la Reconquista, que nosotros mamamos de una pieza, para cuestionar su solidez e integridad. Poco que se lea y reflexione, poco que  interese eso tan de moda llamado Historia,  se ha de ser consciente de que mucho ha de haber de cuento, poco de realidad, pensar lo tramposo de esa relación tan falsa e inhaprehensible entre el hecho y la verdad. Otro tema es el de si un niño  puede desprenderse de la pátina de las historias que le dan forma mientras crece, porque honestamente pienso que mi Cid del colegio puede que nunca me abandone, puede que eso fuera una forma de traición que, de alguna forma, me dejara desamparado.

No es así pero podría serlo porque las señas son las mismas, y además a mí me sirve para darle un título gracioso al artículo, el que el escenario se circunscribiera a esa amplia franja que durante siglos fue un peligroso territorio de una frontera que se movía al compás de las guerras, nunca de una guerra de Reconquista, que por aquí se conoce técnicamente como "Desierto estratégico del Duero". Mal sitio para vivir, bueno para tentar a la fortuna, lo mismito que la  que ocupaban indios, colonos, pistoleros y séptimos de caballería


La novela  novela porque de eso se trata, de imaginar, se parte de un cimiento que es el cuidado contexto histórico que se le supone a este autor , en el que se sitúa un personaje aglutinador a su pesar, alrededor del que giran todos los demás personajes y acciones. No es ensayo, no es historia, así que me ahorran cuestionamientos de ese tipo que no vienen al caso.

Leo novela, especialmente histórica, por las noches antes de dormir, porque ya estoy muy cansado y  ya no tengo la cabeza para la densidad hardcore habitual; simplemente se trata de seguir enganchado a mi mayor vicio hasta el final del día, hasta que no puedo más, metiendo en vena  ya solo dosis de baja intensidad. Soy seguidor de los artículos de actualidad e históricos de Reverte porque le reconozco arte y gracia para contar su indignación ante el intolerante y cargante Sanedrín, coincidiendo últimamente casi en todo, lo que me empieza preocupar, o tal vez sea simplemente cosa de la edad. También le he leído muchos libros, sobre todo los relativos a episodios históricos concretos, que me permiten acercamientos ligeros a épocas que sin embargo sé documentadas, sin la exigencia del articulo o el ensayo. También es verdad es que nunca lo he valorado literariamente, pero no me duelen prendas en reconocer, que aún no siendo redondo en este sentido, me ha sorprendido este Sidi. Tal vez porque vengo de Posteguillo, tal vez porque me ablando con los años,  pero hay pasajes que, descriptiva y narrativamente ,me han parecido brillantes, sobre todo antes de algún combate, con cotas para mí desconocidas en el autor.


Al final me quedo con un íntimo misterio, puede que hasta buscado por Reverte, al que le escuché, con una honestidad no habitual en el gremio, que él en el fondo siempre tira del mismo personaje. Y es que  a ese tipo valiente porque no le queda otra, serio, responsable, contenido, sensato y sobre todo franco consigo mismo y con los demás, a pesar de indumentaria de caballero medieval, le pongo el rostro de otro tipo serio con el que crecí. Al principio del libro nuestro Rodrigo, a cuenta de lo de mandar su parte de botín  al rey Alfonso,  dice algo así como que solo se puede servir a un señor en la vida, lo que me parece más que un guiño de Reverte a otra frase del Ethan de "Centauros del desierto" cuando, tras la derrota de su bando sudista, afirma resignado en su triste regreso, que un hombre solo puede hacer un juramento en su vida.  Es lo que hay, la dignidad, el último refugio; en aquellos tiempos y en estos aún más, eso te proporciona el temple de un héroe. 

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