domingo, 6 de enero de 2019

Alta divulgación


Después de leer "El triunfo romano", mi tercer libro de Mary Beard, catedrática de Cambridge, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales y popular presentadora de documentales sobre la Antigua Roma, acepto sin reservas el calificativo que aplicó a su obra un ponente de un curso al que asistí, el de alta divulgación.

Sus documentales son muy buenos, los libros también, donde valiéndose en todo momento de un lenguaje accesible, evitando el a menudo farragoso y críptico proceder académico -teniendo en cuenta la materia y los destinatarios no podría ser de otra forma-, ofrece una visión situada digamos que a medio camino, atractiva tanto para el estudioso como para el simple interesado con cierta base previa. 

Tal vez la materia de "El triunfo romano" resulte demasiado específica para esa amplia categoría de contorno difuso que constituye el aficionado al mundo romano, ya que al fin y al cabo son más de cuatrocientas páginas dedicadas a analizar al detalle cada aspecto de esta institución romana, lo que al final se traduce en cuestionar todos nuestros conocimientos, tratando de desvirtuar o colocar adecuadamente en su contexto lo ofrecido por autores contemporáneos al fenómeno o las diferentes hipótesis posteriores. Es la técnica habitual de la autora, la de poner en tela de juicio constantemente nuestra visión, casi convertida en prejuicio, no solo la de la persona común, sino también la de los propios especialistas.

Me gusta una opinión que le escuché alguna vez, la de que no se trata de admirar a los romanos, al fin y al cabo unos tipos bastante cafres en muchos sentidos,  sino de estudiarlos con pasión al tratarse de un pueblo, mejor, de una cultura verdaderamente muy interesante, también por su capacidad de asimilación de otras formas de ver el mundo.

La idea del triunfo romano ha penetrado en nuestra concepción de la victoria mucho más de lo que podríamos suponer, manejándose códigos muy similares dos mil años después. Me gusta esta imagen que no conocía de las águilas nazis abatidas en el Kremlin durante el desfile de la vitoria en la Segunda Guerra Mundial.


No hay comentarios:

Publicar un comentario