Las Hurdes son tierra hija de los hombres decía don
Miguel, las Hurdes son tierra creada, inventada por los ojos de los visitantes.
Uno más fui yo, uno más soy yo, sin aún
perder la deliciosa y extraña sensación de aun formando parte, no dejar de
viajar a otro mundo, un mundo del que seguro un día también aportaré mi
visión.
En este largo camino de siete años, tanta tierra hurdana
se pegó a mis zapatos que para siempre será fácil seguirme el rastro, el que
delata a un enamorado de esa imponente naturaleza, esa que a diario exige al
que la trabaja el elevado precio de su fruto para no tener que marchar.
Ríos sinuosos ralentizando el tiempo entre montañas
de olas. Tal que yo mismo, que aprendiendo a vivir despacio en Azabal, comprendí
que era alguien muy distinto al que pensaba, que me encontré conmigo mismo
atrapando algo de esos cielos de desvelo por la frágil cereza.
Que no necesito mirar más allá de las estaciones
transformando el árbol junto a mi ventana, más que ayudar a esa mujer mayor de
rostro cambiante que solo quiere saber qué significa el amenazante papel de una
poderosa y distante Administración sin rostro, para después de tantos años,
entender al fin por qué me gusta trabajar en un ayuntamiento de pueblo.
Mi casa fue y en algo será siempre Azabal, bañarse
en ese mismo río siempre distinto, entre hitos fragmentos de vida que no
mueren, que solo transforman el pasado y lo aprendido para encararlo de forma
más pura.
Si iba a escribir que hoy es el último día que voy
a Azabal, que vuelvo de Azabal, por qué será que no puedo, por qué será que olvidé el
enunciado de los verbos y solo me viene el estar. Hoy, 30 de abril, estoy en
Azabal, un día más, como ayer, como mañana. Si Azabal con todos sus nombres,
que con tanto cariño me acogieron, está en mí, se me escapa qué sentido ha de
encerrar un adiós.
¡Muchas gracias por todos estos años! Para nosotros siempre serás uno más de la familia .. Te vamos a echar mucho de menos.¡Mucha suerte en tu nuevo destino!
ResponderEliminarHa sido un placer conocerte. Gracias por estos años dedicados a nuestro pueblo, por tu profesionalidad, tu esfuerzo, tu paciencia pero sobre todo por tu humanidad. Has sido, eres y serás siempre un azabaleño. Suerte en tu nueva etapa.
ResponderEliminarUn gracias tan enorme como la emoción de mi abrazo en la distancia... que nunca habrá de ser tanta.
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