¿Puede una película construida a partir de solo un personaje conduciendo en la noche hablando por teléfono durante hora y media, no solo mantener al espectador en vilo, sino convertirse en una gran película?
Puede.
Un hombre de principios ve socavados los firmes cimientos de su existencia, un hombre tan implacable con los errores ajenos como consigo mismo, ve cuestionada su forma de vida por una elección que lo redimirá o condenará.
Con postulados arriesgados, no tan radicales como los de "Buried", la película apuesta y gana.
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