Investigando para mi trabajo de fin de grado de Historia del Arte,"Del terremoto de Lisboa a la sombra del Vesubio: la construcción de una nueva conciencia", que ya dejaré enlazado en el blog, di con un par de documentos que aunque yo no utilizaré, pueden resultar curiosos para los mirobrigenses.
No hago uso de ellos en el trabajo porque no me interesan las respuestas en el planteamiento de mi tesis, sí las preguntas formuladas desde instancias oficiales tras la catástrofe. Esos cuestionarios denotan el anhelo de realizar un estudio serio, entender racionalmente las causas, interpretar las señales que anunciaban el fenómeno para así poder prevenir catástrofes de la misma naturaleza.
Es fácil comprender que en aquella sociedad portuguesa de 1755 se desataron las voces que veían el origen de la tragedia en la ira de un Dios vengador por los pecados de una sociedad disoluta, con alguna variante divertida como lo sucedido en Sevilla, donde los hubo que acusaron de prestar demasiada devoción a algún santo en perjuicio de otro. Pero también el acontecimiento provocó un eco con repercusión en toda Europa, con su correspondiente traducción en una riqueza inusitada de imágenes, asociado a un intenso debate intelectual que se prolongó durante décadas, y que vino a encarnar el freno a la confianza ilimitada en la razón, a la justificación racional del mal, a la Teodicea de Leibniz, ridiculizado en el Cándido de Voltaire. Un debate cuyas derivadas pueden detectarse incluso en la reflexión sobre la posibilidad de un Auschwitz en la Europa del siglo XX.
Encuesta
de enero de 1756
distribuida en todo Portugal
1. ¿A qué hora fue el terremoto que tuvo lugar el
1 de noviembre y cuánto tiempo duró?
2. ¿Percibió que el impacto osciló de una
dirección a otra? Por ejemplo, de norte a sur o al contrario. ¿Percibió que las
construcciones caían más hacia un lado que hacia otro?
3. ¿Cuántas construcciones de destruyeron en cada
parroquia? ¿Fueron numerosas? ¿En qué estado quedaron?
4. ¿Cuánta gente falleció? Entre los fallecidos,
¿había alguien de clase distinguida?
5. ¿Percibió algún fenómeno extraño en el mar,
las fuentes o los ríos?
6. ¿Avanzó el mar en la tierra o retrocedió?
¿Cuántos palmos entró el mar en la tierra, cuántas veces y durante cuánto
tiempo se produjo este fenómeno?
7. ¿Hubo fisuras en la tierra? ¿Qué dato relevante
destacaría de las fisuras? ¿han vuelto a aparecer recientemente?
8. ¿Qué medidas tomaron las autoridades
religiosas, políticas y militares inmediatamente después del terremoto?
9. ¿Ocurrió algún otro terremoto después del 1 de
noviembre? Si fue así, ¿qué daño causó?
10. ¿Recuerda en su vida haber percibido
anteriormente algún terremoto? ¿Qué daño causó?
11. ¿Cuánta gente vive en su parroquia? Declare,
en la medida de lo posible, cuántos son hombres y cuántas mujeres.
12. ¿Ha habido alguna restricción o control de los
alimentos?
Si se produjeron incendios, ¿cuánto tiempo
duraron y qué daño hicieron?
Encuesta
de Fernando VI en España:
1. ¿Se sintió el terremoto?
2. ¿A qué hora?
3. ¿Qué tiempo duró?
4. ¿Qué movimientos se observaron en los
suelos, paredes, edificios, fuentes y
ríos?
5. ¿Qué ruinas o perjuicios se han ocasionado
en las fábricas?
6. ¿Han resultado muertas o heridas en
personas y animales?
7. ¿Ocurrió otra cosa notable?
8. Antes de él ¿hubo señales que lo
anunciasen?
Respuestas de Ciudad Rodrigo:
[294 ] (*) CIUDAD RODRIGO (Salamanca)
Ciudad
Rodrigo, 5 noviembre 1755.
El
Alcalde Mayor.
Da
cuenta de lo ocurrido con motivo del terremoto acaecido en aquella ciudad el
día 1.o del
corriente.
Ilustrísimo
Señor:
Señor:
Aunque
sorprehendido de el temor, no omito poner en noticia de V.S.I. le causó grande
en esta ciudad un terremoto que
se
le experimentó en ella de siete minutos de duración la mañana de el día 1º de
el corriente, que lo fue de todos
Santos,
a las diez menos cuarto, acompañado de un gran ruido y con tan violento
movimiento, que se creyeron arruinadas la
Iglesia
Catedral y demás edificios de ella, y las gentes sin la menor esperanza de
vida, de cuyas desgracias por especial Providencia
de
la Misericordia y Piedad Divina quedó libre a intercesión, según se cree, de su
Patrono y bienhechor el
Señor
San Isidro, en cuyo hacimiento de gracias y, para implorar la continuación de
tan grande beneficio, por ella y el Cabildo
de
su Santa Iglesia Catedral se ha acordado, de una unión y conformidad, se
celebren tres días contínuos de rogativa y, en
el
último, procesión pública de penitencias, con prohibición en todos de ejercicio
de comercio ni oficio alguno, abrir ventana,
ni
ejecutar cosa que se oponga a la común devoción y edificación que, en todo, se
procura informar, cuyo especial favor de
haberla
preservado de ruinas y desgracias es extensivo a todo su Obispado, sin embargo
de que de las inmediaciones se dicen
por
ciertas muchas y repetidas, aunque mayores, de la ciudad de Coria, en donde, según
seguras noticias, la torre de la
Catedral
y Capilla mayor llamada de los curas, que se arruinó, hizo perecer crecido número de gente de ambos sexos.
Personas
de la mayor credulidad y juicio testifican contestes, repitió el mismo día a
las doce menos cuarto de él, y a las
nueve
y media de la noche del mismo, aunque por haber sido momentánea la repetición
no se hizo en lo común sensible.
Cuya
funesta noticia participo a V. S. I., por lo que pueda conducir al servicio el
que de ella se halle asistido.
Y
repitiendo con este motivo a V. S. I. mi subordinación a sus órdenes, deseo me
dispense muchas de su agrado.
Dios
guarde a V. S. I. muchos años, como deseo.
Ilustrísimo
Señor:
Señor:
A los pies de V. S. I., besa su mano su más atento, rendido servidor y súbdito,
Sebastián Olalla
Ilustrísimo
Señor Don Diego de Rojas y Contreras.
(*
Información facilitada motu propio, con anterioridad a la expedición de la carta circular del
8-XI-1755.)
[295] CIUDAD RODRIGO (Salamanca)
Ziud.
Rodr.o, 3
de diciembre de 1755.
El
Alcalde mayor.
Ilustrísimo
Señor:
Señor:
El
terremoto de el día primero del pasado, que las repeticiones que de él se
experimentaron a las doce menos cuarto, y
nueve
de la noche del mismo día, aunque con menos sensibilidad y duración, sólo
ocasionaron en esta ciudad y su Obispado,
la
confusión, terror universal y espanto, que avisé a V. I. en carta de 5 del
mismo, habiendo sido Dios servido libertarla, y
a
todos los pueblos de su Corregimiento y Diócesis, de toda desgracia y ruina,
excepto algunas casas que, por estar expuestas
a
ella por lo malparado de sus edificios, padecieron algún sentimiento.
Sin
que hasta el día hayamos que algunas fundadas sospechas de haberla padecido la
bóveda principal de su Santa
Iglesia
Catedral, que se espera puedan deponerse con el reconocimiento que de ello está
para practicarse, y no permite la
presente
estación.
A
este terrible movimiento de tierra precedió, según muchos viajeros y ganaderos
afirman, haberse visto como a las
dos
de la mañana antecedente al día primero, un fenómeno o nube luminosa que
comunicaba igual luz que siendo de día
pudiese
el Sol a la parte de Poniente.
Y
se advirtió en los días subsiguientes venirse a los poblados bandas enteras de
perdices, de una de las cuales un
eclesiástico
de esta ciudad, desde su misma casa logró matar tres de un tiro sobre el tejado
de uno de los cuarteles de esta
guarnición
llamado del Conde; y otro párroco de una de sus Parroquias, coger una viva
dentro del poblado a ocho días del
terremoto.
En
la actualidad de este [terremoto] se experimentó haber tomado corriente de
aguas diversas fuentes que hace algunos
años
la habían perdido y se hallaban secas, lo que hoy mantienen.
Que
es cuanto puedo informar a V. S. I. en cumplimiento de la Orden que se sirvió
comunicarme en carta de 8 del
mismo.
Dios
guarde a V. S. I. muchos años, como deseo.
Ciudad Rodrigo, 3
de diciembre de 1755.
Ilustrísimo
Señor:
Señor:
A
los pies de V. S. I., besa su mano su más rendido atento servidor,
Sebastián Alcalde
Ilustrísimo Señor
Don Diego de Rojas y Contreras.
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